Denominación de Origen

Gracias al esfuerzo y dedicación de los productores de pisco del Norte Chico, este destilado había adquirido gran popularidad y prestigio a nivel nacional e internacional. La participación en Exposiciones Universales y los registros de marcas contribuyeron a fortalecer esta fama.

El 12 de noviembre del año 1874 se dictó en Chile la Ley de Marcas de Fábricas y de Comercio, que se convirtió en la primera ley que buscaba regular las marcas comerciales. Entre sus disposiciones más relevantes, señala que las marcas de fábrica son aquellas que se colocan sobre objetos elaborados o fabricados en Chile o en el extranjero por los industriales o agricultores. Los productores pisqueros entendieron la importancia de registrar sus productos a través de esta ley, en la Oficina de la Sociedad Nacional de Agricultura. Ya en 1930, Chile contaba con 111 etiquetas de pisco inscritas.

La industria pisquera ordenada, consolidada a nivel nacional e internacional y unida en torno a una visión de largo plazo, comenzó a presionar al gobierno de la época para proteger lo que con tanto esfuerzo, a través de generaciones, habían logrado armar. En las primeras décadas del siglo XX, las discusiones de la Cámara de Diputados terminarían pavimentando el camino para la emisión de la Denominación de Origen Pisco, en 1931. Este período da cuenta del debate legislativo entre la salud pública y el crecimiento económico, graficado a través del combate al alcoholismo y la protección a los pequeños productores vitivinícolas.

El entonces presidente Carlos Ibáñez del Campo fue el encargado de solucionar la controversia. El 15 de mayo de 1931, emite el decreto N°181, que determina que el nombre de pisco queda exclusivamente reservado a los aguardientes que procedan de la destilación de los caldos de uvas de los departamentos de Copiapó, Huasco, La Serena, Elqui y Ovalle.

Ibáñez del Campo aplica una medida considerada “a la europea”, ya que en ese continente comenzaba a cobrar fuerza el concepto de proteger legalmente la identidad y procedencia de ciertos productos, estableciendo estrictas leyes para su elaboración y producción.

La primera Denominación de Origen pertenece al prestigioso vino de Oporto, que se dicta en 1756. En 1923, surge la Denominación de Origen Controlada en Francia, para proteger al Châteauneuf-du-Pape de la venta de vino fraudulento y adulterado.

Es así como el decreto N° 181 del 15 de mayo de 1931 sienta las bases para el establecimiento de la primera Denominación de Origen de toda América: la Denominación de origen Pisco.

El Instituto Nacional de Propiedad Industrial de Chile, INAPI establece que las denominaciones de origen son “un signo distintivo que identifica un producto como originario del país o de una región o localidad del territorio nacional, cuando la calidad, reputación u otra característica del mismo sea imputable, fundamentalmente a su origen geográfico, teniendo en consideración, además, otros factores naturales y humanos que incidan en la caracterización del producto (…) Son de duración indefinida en tanto se mantengan los factores que llevaron a su reconocimiento”.

Este cuerpo normativo ha contribuido a entregar un marco claro y definido para la elaboración y comercialización del pisco en Chile y el mundo. Esta legislación marca los estrictos estándares de calidad para la elaboración del pisco en Chile, que se mantienen hasta hoy en día.