Dejando la ruta 5 e ingresando por Quebrada Seca, en dirección a Ovalle, justo antes del pueblo Cerrillos de Tamaya, entre viñas y frutales, está la viña Tololo, la primera destilería que acoge a quienes llegan. Posteriormente, pasando Ovalle y siguiendo en dirección a Río Hurtado, se encuentra descansando en una amplia llanura, la hacienda Mal Paso.

Para saber aún más sobre el pisco, pasando por el embalse más grande de Chile, “La Paloma”, hay que llegar a Monte Patria y conocer los tres valles fértiles que esconden cuatro destilerías. Llegando a juntas, hacia el este, se ofrecen dos caminos: el secreto Valle de Rapel que conduce al pueblo del mismo nombre y a las destilerías de los piscos Wiluf, Julia y Almú; y el Valle del Río Grande, donde se ubican las destilerías de Chañaral de Carén y, llegando a la pre cordillera, en Tulahuén, la de pisco Waqar. Mientras hacia el sur, en dirección a Combarbalá, es la destilería de pisco Cogotí quien acoge al visitante con su imperdible panorama.

Siguiendo en dirección a Illapel, se puede llegar a Salamanca. Tierra de espíritu y cultura ancestral, que sostiene a la destilería de pisco Ceremonial, en la viña Siete Brujas. Donde petroglifos, minerales como el Lapislázuli y la Salamanquita, sumado a vinos, quesos y frutas, son solo algunas de las múltiples sorpresas que pueden encontrar los viajeros en esta maravillosa ruta.